Un corrimiento de tierras de vastas proporciones se produjo hace unos días en el interior de Papúa Nueva Guinea. El movimiento de tierra afectó a decenas de casas y algunas aldeas. Hasta ahora sólo se han encontrado cinco cadáveres, pero las previsiones de la ONU hablan de un posible número de 2.000 víctimas sepultadas bajo la tierra. La dificultad para establecer un número fiable de víctimas mortales se debe a que la catástrofe se produjo en una zona de difícil acceso y también a la reciente afluencia a la zona de tantas personas que huyen de los conflictos tribales en las zonas vecinas. Se calcula que el corrimiento de tierras arrasó unas 150 casas, divididas en seis aldeas, habitadas por al menos 4.000 personas. Esto podría sugerir un número aún mayor de víctimas.
