La configuración de las zonas verdes de las ciudades determina las características de sus aves
“Hemos cuantificado características como su grado de especialización alimentaria, el tipo de nidos que construyen, el esfuerzo que invierten en reproducirse o su longevidad para cada especie identificada en las ciudades europeas estudiadas. Así, hemos podido analizar si el diseño urbano favorece a especies con unos u otros tipos de rasgos”, explica el investigador del MNCN Mario Díaz.
“Ya en estudios previos habíamos detectado que un desarrollo urbano integrador o separador determinaba la presencia de comunidades de aves diferentes”, comenta Juan Diego Ibáñez Álamo, investigador de la Universidad de Granada. “Esta investigación nos ha permitido identificar, además, qué características de las aves les permiten asentarse en uno u otro tipo de áreas urbanas”, continúa Ibáñez.
En los espacios urbanos separadores crían aves que ponen muchos huevos, que utilizan con mayor frecuencia nidos abiertos y con ciclos vitales rápidos, como tarabillas, mosquiteros y cogujadas. Frente a esto, en las zonas urbanas integradoras predominan aves con una crianza más exigente y ciclos de vida más largos, como carboneros, cernícalos o gaviotas.
“Los datos que hemos obtenido marcan claramente la necesidad de favorecer la mezcla de ambos tipos de desarrollo urbano para permitir que haya una mayor diversidad de aves. Una mayor biodiversidad urbana no solo es beneficiosa para nuestro entorno más próximo sino para nuestra propia salud y bienestar”, concluye el investigador del MNCN.