A menudo nos referimos a África como un todo, olvidando que es un continente compuesto por 54 naciones, cada una con características y necesidades únicas. Aunque es el continente con la mayor tasa de crecimiento del PIB del mundo, también alberga la mayor concentración de personas en situación de pobreza. Es un continente rico en recursos naturales, joven, vibrante y en constante evolución, pero que se enfrenta a importantes retos. En este contexto, el objetivo de Harambee Africa International es prestar apoyo para que quienes se enfrentan a dificultades puedan hacer realidad sus aspiraciones y talentos.
No se trata de caridad, ni de promover el asistencialismo. En el imaginario común prevalece la idea de un continente «al que hay que ayudar» porque, al fin y al cabo, «no puede valerse por sí mismo». No es exactamente así. Preferimos cultivar relaciones significativas entre las personas. ¿Cómo lo hacemos? Lo hacemos colaborando con organizaciones africanas consolidadas, dedicadas al desarrollo comunitario.
Harambee Africa International se fundó en 2002 durante la canonización de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Inicialmente, nuestro objetivo era celebrar la canonización y expresar nuestra alegría por este acontecimiento a través de un gesto concreto de ayuda a quienes más lo necesitaban. Así, pusimos en marcha los primeros proyectos en el África subsahariana. A lo largo de los años, se crearon comités Harambee en varios países, como Francia, España, Portugal, Suiza, Luxemburgo, Polonia y Estados Unidos. En 2022 celebramos nuestros primeros 20 años de actividad, durante los cuales hemos ejecutado más de 100 proyectos en una veintena de países africanos.
Nuestra misión es promover la ejecución de proyectos en el ámbito de la educación a todos los niveles mediante la captación de fondos privados. Estamos convencidos, y la experiencia nos lo demuestra, de que sólo a través de la educación puede abrirse la puerta a un auténtico desarrollo. Apoyamos iniciativas en el ámbito de la educación básica, garantizando el acceso a la escuela de los grupos de población más vulnerables y mejorando la calidad de la enseñanza. También apoyamos la formación profesional de los jóvenes, permitiéndoles realizarse a través del trabajo y alejándoles de los peligros de una vida precaria. Además, invertimos en la formación de las mujeres, pilares infatigables de la sociedad africana, responsables de la educación de las nuevas generaciones.
Uno de los aspectos en los que nos gustaría centrarnos especialmente es la capacitación empresarial de los jóvenes en África. Alrededor del 60% de la población africana tiene menos de 25 años, y el continente cuenta con el mayor número de empresas incipientes del mundo. Muchos jóvenes africanos desean crear una empresa en un plazo de cinco años, impulsados no sólo por la dificultad de encontrar empleo, sino también por el deseo de invertir en su propia creatividad y esfuerzo personal para construir su futuro. Para apoyar este deseo, hemos establecido asociaciones con excelentes universidades de Kenia, Nigeria y Costa de Marfil que gestionan viveros de empresas, ofreciendo su experiencia y apoyo para acceder a la financiación necesaria.
Harambee Africa International selecciona proyectos empresariales presentados por estas universidades y los apoya financieramente. Por ejemplo, este año hemos seleccionado dos proyectos en Kenia. El primero pretende reforzar el espíritu empresarial femenino en la región de Nyanza mediante un plan de créditos subvencionados, mientras que el segundo pretende establecer una granja hidropónica autosostenible en Sekenani, un pueblo rural en el límite de la Reserva Nacional de Masai Mara, para combatir la inseguridad alimentaria y crear puestos de trabajo.
Cabe destacar el valor de las universidades implicadas, ya que no sólo proporcionan una educación de calidad, sino que también contribuyen al crecimiento de una generación de líderes comprometidos con el bienestar de sus comunidades. Estos emprendedores son capaces de crear empresas innovadoras y competitivas que generan empleo y tienen un fuerte impacto social, resolviendo problemas tanto sociales como ecológicos.
Las razones de la pobreza y el subdesarrollo en África están bien documentadas, pero todos estos problemas representan oportunidades de negocio en infraestructuras, transporte, transformación y mucho más. La buena noticia es que hoy hay jóvenes empresarios africanos que se dan cuenta de que pueden contribuir aportando soluciones a los problemas reales de su entorno. Sólo necesitan apoyo.
A pesar de las fragilidades y los obstáculos, estamos convencidos de que son las personas y la sociedad civil las que generarán el cambio necesario. Existe una confianza creciente en las capacidades individuales para contribuir positivamente a la mejora de la vida de todos, elemento clave para una profunda transformación estructural.
Los proyectos de Harambee Africa International cuentan con presupuestos limitados en comparación con los programas de cooperación internacional, pero tienen un impacto significativo porque son concebidos por quienes experimentan los problemas e identifican las soluciones. La solidaridad y la contribución de todos, por pequeña que sea, son cruciales.
En los últimos años, especialmente con la pandemia, nos hemos dado cuenta de lo interconectados que estamos. Lo que ocurre en un lugar afecta a todo nuestro mundo. África nos afecta a todos, y nadie se beneficia de un continente empobrecido. Nuestro principal objetivo es establecer relaciones y hacer el bien a mucha gente. En esta perspectiva, valoramos la colaboración de todos, donde cada uno puede aportar su contribución específica, por modesta que sea. Por último, sabemos que el éxito de Harambee no se basa en los resultados materiales, sino en la voluntad de trabajar más allá de lo que se debe, fascinados por la pasión por el hombre y el deseo de que todos tengan una vida digna.