“Una familia será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente”. Confucio.

Me gustaría plantear una breve reflexión de lo que puede suponer una sociedad sin familia. En los últimos tiempos la familia a veces está un poco denostada, poco cuidada y poco valorada. Todo lo que comentaremos es un conjunto de ideas personales sobre la importancia de construir sociedad y el papel crítico que juega la familia.

La familia es la clave de la articulación y desarrollo de la sociedad, es el principal aliado de los gobiernos para crear una sociedad en desarrollo, colaborativa, sostenible e inclusiva. La familia se articula como la célula básica de la sociedad, sin familia no hay sociedad. Entendiendo como familia la que procrea y desarrolla personas con valores para la convivencia y aportación de su saber hacer a la sociedad. Esto no exime que haya otras opciones de familias o me modelos alternativos a la familia en su concepción originaria. Todos estos modelos son y serán minoritarios, si queremos configurar un modelo de sociedad que pueda prosperar y hacer un mundo mejor hemos de pontenciar el valor de la familia.

La familia da sostén y cobertura a las necesidades de las personas, es el único lugar donde somos queridos por lo que somos y no por lo que hacemos, donde aprendemos y nos educamos desde el corazón, donde se transmiten los valores para ser persona y para servir a la sociedad. La familia es el auténtico fertilizante de las personas y por ende es el primer actor en construir sociedad. En la familia es donde se educa y se forma en los valores, forma a todos sus participes en los valores para ser buena persona. Desde la familia se forjan personas para crear una sociedad mucho más justa y más honesta. Como decía mi madre: “donde se aprenden los buenos modos”. La familia es el transmisor de esperanza, de ilusión con el futuro, siendo consciente de los pequeños que somos ante los grandes retos y grandes oportunidades que se nos abren.

La familia como dijo el Papa Benedicto XVI “es una verdadera escuela de humanidad y de valores perennes. Nadie se ha dado al ser así mismo. Hemos recibido de otros la vida, que se desarrolla y madura con las verdades y valores que aprendemos en la relación y comunión con los demás”.

El valor y necesidad de la familia es clave para el ser humano y para crear sociedad. El ser humano es un animal cuya especie se extingue si no forma familia. El género humano no puede existir sin ella, ¿Qué aporta la familia? son muchos los elementos que aporta, pero solo destaré algunos claves para nuestro desarrollo personal y desarrollo como sociedad: protección, educación, amor incondicional, formación en valores, creación de ilusiones y esperanza, espacios de disfrute, espacios colaborativos y de entrega, etc. En la familia se aprende a vivir y luego aportan a sus miembros a la sociedad para que esta se desarrolle. El ser humano es un ser social y emocional, yo diría que poco racional, cuya salud física y mental se ve muy afectado por el aislamiento. Tal y como refleja el Papa Francisco, mejor no se puede definir, “La familia es el lugar del encuentro, del compartir, del salir de sí mismos para acoger a los otros y estar cerca de ellos. Es el primer lugar donde se aprende a amar”.

Vivimos, en nuestro contexto de España y de la UE, momentos de transformación social, con una esperanza de vida cada vez mayor, con mejor calidad de vida en todas nuestras etapas de crecimiento, con menos nacimientos y hasta hemos articulado sistemas de reproducción sin necesidad de compañía. Y quizás lo peor el número de personas sin familia o que estén solas cada día aumenta más. El gran problema es cuando la soledad no es deseada. En España se estima que puede haber unos 3,5 millones de personas en esta situación de soledad no deseada. La soledad es posiblemente mucho más dura que cualquier otra carencia material o económica.

La sociedad es impensable sin la familia, y la familia es impensable sin las personas e igualmente sin sociedad no habría oportunidad de desarrollo de las familias. La familia es la base para lograr grandes retos tanto a nivel personal como social. Acechan grandes peligros sobre la familia: la soledad, el no compromiso por la familia, el hedonismo de no comprometerse al desarrollo de una familia,  la espalda de gobiernos y de políticas gubernamentales que apoyen, protejan y desarrollen las familias, “ser moderno es minusvalorar el valor de la familia”, buscar nuevos refugios de pseudoseguridad que no están en la familia: el individualismo, ideologías políticas, populismos, redes sociales, nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial Generativa, Chat GPT, etc. (las nuevas tecnologías comunican pero a su vez aíslan), etc. Vivir sin familia hace más vulnerable en todos los sentidos a las personas. Los lazos de sangre son lazos muy fuertes, son lazos de vida. En el gran reportaje de National Geographic “Vivir 100 años” del educador y explorador Dan Buettner se explica que hay investigación que demuestra que ingresar en una residencia de ancianos acorta la vida entre 5 y 7 años.

Queda recogido el gran valor de la familia para con la sociedad. Es por ello que hemos de priorizar desde lo personal, lo comunitario, desde las Administraciones Públicas tanto nacionales como internacionales el apoyo y cuidado de las familias. Los Estados que apuesten por fortalecer las familias, están apostando por crear una mejor sociedad y harán sociedades más fuertes, más resilientes formadas por ciudadanos con un gran arraigo por el valor de crear sociedad y gran sentimiento de solidaridad para con los demás. La familia es el gran aliado, no es competidor, de los sistemas de bienestar social generalizados para la mayoría de la ciudadanía. No lo olvidemos sin familia no tendríamos una sociedad plena.

Francisco José Pérez Fresquet

Director de Desarrollo Corporativo de la Universidad Loyola

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