Con el tiempo hemos ido asimilando que la globalización es una realidad social compleja y total que nos ha tocado vivir; un hecho que determina un nivel de interdependencia de los acontecimientos tan potente como para convertir en obsoleto cualquier punto de vista sectorial y parcial. Hoy, por lo tanto, a la hora de analizar realidades sociales, políticas y económicas se impone el deber de afrontar su análisis con nuevos criterios más complejos e interdisciplinarios. Estos nuevos criterios pueden conducirnos a otra comprensión de los rasgos característicos de hoy, a sabiendas que siempre se corre el riesgo de que cualquier conclusión puede tener un carácter necesariamente transitorio, porque todo cambia rápidamente y constantemente.
Una vez considerado el contexto, no tendremos más remedio que preguntarnos cómo afecta a nuestra identidad y, desde el punto de vista de nuestros vínculos sociales, también podríamos preguntarnos cómo afecta al conjunto del “nosotros”, como sociedad. Globalización, por tanto, que afecta a nuestro yo en su identidad y a nuestro “nosotros” en su socialidad…