Cambio de era: La transición a un modelo de desarrollo humano sostenible o….

Tengo por costumbre comenzar cualquier artículo resaltando el hecho de que estamos viviendo un auténtico ¨cambio de era¨ para entender y ubicar correctamente cualquier otro tema relativo a aspectos sociales, económicos, medioambientales, institucionales o humanos de la realidad que vivimos y que le tocará vivir a las generaciones futuras[1].

Es necesario entender este concepto de ¨cambio de era¨ porque a lo que estamos asistiendo es a la decadencia de un modelo de crecimiento basado en el corto plazo y una mirada lineal a la realidad, que ha medido la riqueza únicamente desde una dimensión económico- financiera y no ha internalizado las dimensiones sociales y medioambientales. Las consecuencias de estas ¨externalidades¨ al modelo de crecimiento las vivimos hoy como auténticos límites para la prevalencia de la humanidad en el planeta tal como lo conocemos.

Límites medioambientales, y no solo el climático[2]; límites sociales, como nos ilustra el propio Foro de Davos[3] como el cuarto principal riesgo para el sistema económico financiero global, derivado de las desigualdades cada vez más profundas entre y dentro de los países; desigualdades que provocan que cada vez más personas carezcan de las capacidades para su desarrollo humano, es decir, para ejercer libremente sus derechos y desarrollar libremente sus estrategias de vida; estas desigualdades están evolucionando de manera acelerada en sociedades cada vez más volátiles, inestables, convulsas e impredecibles[4], que generan límites también económico financieros al propio modelo de crecimiento al quedar expuesto y vulnerable en el corto plazo y ser incapaz de generar la estabilidad y la previsibilidad de medio y largo plazo que permitan diversificar las carteras de inversión globales.

Otro rasgo característico de este ¨Cambio de era¨ es que afrontamos los retos anteriormente descritos en un contexto de revolución tecnológica digital que determina sociedades más interconectadas y expuestas que nunca que generan límites éticos (o más bien a la falta de ética); hoy la traza del impacto de nuestras decisiones se rastrea on-line y en cualquier lugar del planeta por lo que es muy mala idea no integrar la ética en cualquier estrategia organizacional de medio y largo plazo. Y es que en este contexto de ¨cambio de era¨ la divisa para lograr el éxito de cualquier organización radica en la capacidad de generar confianza.

Como demuestran los últimos estudios en antropología [5]el ser humano ha podido evolucionar a lo largo de la historia por desarrollar algo que le es consustancial: la capacidad de sentir compasión, empatía. En este sentido los derechos humanos no son, ni más ni menos, que una formalización y una normativización de la cualidad de la empatía. Un modelo de crecimiento lineal, de corto plazo, que desconecta las tomas de decisión de lo esencialmente humano y funciona de espaldas al concepto de empatía nos desprotege y nos hace vulnerables como especie respecto a nuestra posibilidad de prevalecer en el planeta.

Hoy disponemos de una Agenda de 17 objetivos para dar respuesta a los retos impostergables del planeta y de la humanidad. Una Agenda para transitar de un modelo de crecimiento lineal de corto plazo que nos lleva a la extinción a uno de desarrollo humano sostenible que pone a la persona en el centro, que se marca como objetivo dotar a la persona de las capacidades sociales, ambientales económicas e institucionales para ser libre y sin dejar a nadie atrás. ¿Lo lograremos para 2030? .

[1] ¨No vivimos una era de cambios, sino un cambio de era¨.- Javier Cortés. Revista de Pensamiento e historia . Hermes . 2021 Abendua nº 70. ISFN 1578-0058

[2] Prof. Röckstrom . Resilience Center of Stockholm. https://www.stockholmresilience.org/research/research-news/2022-09-08-world-at-risk-of-passing-multiple-climate-tipping-points-above-1.5c-global-warming.html

[3]World Economic Forum. 10 principales riesgos globales para el sistema económico financiero. https://es.weforum.org/agenda/2023/01/estos-son-los-mayores-riesgos-a-los-que-se-enfrenta-el-mundo/

[4] James Cascio. Institute for the Future: https://medium.com/@cascio/facing-the-age-of-chaos-b00687b1f51d

[5] Ignacio Martínez Mendizabal. .- The earliest evidence of true lambdoid craniosynostosis: The case of Benjamina, a Homo heidelbergensis child

https://produccioncientifica.ucm.es/investigadores/165891/colaboracion/organizaciones/108

 

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